sábado, 2 de junio de 2012

¿Rescate? ¿Intervención? ¿Cuándo?

Parece inminente, cuestión de días o semanas. Ahora mismo se están dando esperanzas para ver si aguantamos el mes de junio.

Aunque resulte difícil, intentaré aportar algunas soluciones o propuestas. No, no son mías, yo me limito a buscar información e intentar compartirla.


Pensando en el título de esta entrada se me ocurría una como: “¡Toc! ¡Toc!, ¿hay alguien ahí?”, porque parece que no hay nadie que sepa nada sobre la economía, que estamos vendidos a nuestro destino, que debemos resignarnos a perder nuestros derechos, conquistas sociales, estado de bienestar, ¡y ya está!. ¡Pues no!, hay que seguir informándose, ya que es gratis y además nos enriquece. Pero, como diría Felipe González, sin acritud.


Hace más de dos años, Luis Garicano, junto con Vicente Cuñat, publicaban un artículo en EL PAÍS en el que se preguntaban: ¿Para cuándo la reestructuración del sistema financiero español?, y comentaban:

"Si los balances son peores de lo que parece, si las instituciones financieras saben (o temen) que los activos en su balance son ficticios, que en realidad las hipotecas no se van a pagar y que el suelo por el que han canjeado la deuda es invendible, estas instituciones van a destinar sus recursos a generar colchones para afrontar futuras pérdidas y no a generar financiación para familias y empresas. Corremos el riesgo de que se conviertan así en las llamadas instituciones zombis, ni vivas ni muertas. Esto supone un peso enorme para la economía, ya que no sólo no pueden contribuir a la recuperación económica, sino que se detraen recursos productivos para mantener en activo instituciones que no son viables.

La alternativa es clara: cerrar las instituciones inviables y fusionar el resto. No se trata de hacer fusiones regionales entre instituciones débiles (como algunas de las que se plantean), sino de consolidar realmente el sistema.
"

¿Os suena algo?

El pasado 29 de mayo escuchaba a Luis Garicano en la cadena ser comentando que “Un rescate, de una manera u otra, parece inevitable”. Vale la pena escuchar el audio (clic en el play):






Y ayer, 1 de junio, me encontraba con un artículo de Luis Garicano, Jesús Fernández Villaverde y Tano Santos, editores/colaboradores del Blog que os había recomendado “Nada es Gratis”. El artículo: “No queremos volver a la España de los 50

Además de intentar ser un artículo, en cierto modo, esperanzador, también alerta de los problemas de aquellos que se están sumando a la tesis de salida del euro:

"Y es que salirnos del euro, por mucho que resulte tentador, sería, muy probablemente, mucho peor de lo que imaginamos. Los que escuchan el canto de esta sirena nos dicen que eliminaría a la vez la deuda privada y pública y mejoraría la competitividad. La realidad es que, el día después de la salida, la situación sería complicadísima. La nueva moneda se devaluaría considerablemente, los salarios y pensiones perderían gran parte de su poder de compra y todos los productos importados subirían de precio. Al aumentar la carga de la deuda, empresas, bancos y sector público se enfrentarían a la bancarrota. Las empresas, muy integradas en cadenas de valor global, suspenderían pagos con sus proveedores y perderían sus relaciones con sus clientes. Los bancos quebrarían. El pago de bienes importados sería difícil. Además, para dar credibilidad a la nueva moneda, y evitar una hiperinflación en un contexto de descenso de los ingresos, el Estado tendría que proceder a una brutal consolidación fiscal, eliminando de una vez el déficit primario, lo mismo que de momento rehúsa a hacer."


La esperanza se encuentra al final. Podemos llamarle esperanza, o el camino a una posible solución, o los mimbres para una correcta hoja de ruta, pero os dejo que la consultéis en el propio artículo.

Intentaré en próximos días, ofreceros otras aportaciones para salir de este agujero, ...

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