Hoy tuvimos en el instituto la oportunidad de disfrutar de las vivencias de dos mujeres emprendedoras, mujeres que contagian su entusiasmo al oírles hablar de su vida profesional. En los dos casos, antes de desarrollar sus propios proyectos, habían trabajado por cuenta ajena. La crisis de 2008 y otros factores les ha ayudado a tener esa experiencia y visión que solamente adquiere la gente que se equivoca o que, tras encontrarse con dificultades, consigue superarlas y superarse.