La solvencia es la capacidad de hacer frente a las deudas a largo plazo. Nos habla del futuro.
Esto sirve para una persona, una familia, una empresa o un Estado.
En función del grado de liquidez o de solvencia, un acreedor (como un banco, un particular, otro Estado, un fondo de inversiones, …) nos exigirá más o menos para dejarnos dinero, o simplemente no querrá prestarnos nada. A mayor riesgo, mayor interés exigido.
Ejemplos:
Una persona no tendrá dificultades para acceder a un préstamo si tiene liquidez y solvencia. ¿Cómo se mide? Pues por ejemplo por el trabajo. Un trabajador con un contrato temporal de seis meses que cobre 1.500 euros al mes, no debería tener problema para acceder a un préstamo a tres meses en el que deba pagar 500 euros al mes. Pero tendría problemas si desea acceder, con ese mismo empleo temporal, a un préstamo hipotecario a pagar en 30 años aunque la cuota sea de 300 euros al mes. ¿Por qué? Pues por que solamente tiene garantizada la liquidez durante seis meses pero a largo plazo no se sabe si va a ser capaz de hacer frente a las deudas (por la temporalidad laboral). Solamente conseguiría el préstamo hipotecario si contase con un aval solvente (a largo plazo). A una familia le pasa lo mismo pero contando la unidad familiar en su conjunto.
Una empresa tendrá liquidez si es capaz de hacer frente a sus deudas a corto plazo. Esto lo podemos comprobar analizando su balance (sus cuentas), es decir, lo que debe a corto plazo frente a lo que tiene en efectivo o lo que puede llegar a tener en efectivo antes del vencimiento de las deudas a corto plazo.
A lago plazo (solvencia) es más complicado de analizar, ya que depende de la viabilidad futura de la misma, de la capacidad de generar recursos a varios años vista. Esto también se hace analizando las cuentas de la empresa, además de otros factores. Pero, para simplificar, una empresa que cada vez vende menos y tiene menos beneficios, probablemente no nos merezca demasiada confianza al valorar su grado de solvencia.
Para un país o un estado, la liquidez también es la capacidad de hacer frente a las deudas a corto plazo. Cuando un país necesita dinero para financiarse a corto plazo pide dinero emitiendo, por ejemplo, Letras a 3 meses. Los posibles inversores o prestamistas le dejan dinero porque confían en que se le devolverá ese dinero sin problemas. En estos plazo no suele haber problemas.
Otra cosa es la solvencia. La capacidad de hacer frente a las deudas a largo plazo. En este caso en los países más desarrollados no solía haber problemas pero últimamente sí. Entonces se exige mucho más por prestar dinero a un país que no tenga muy claro su futuro. Ejemplo claro lo tenemos en Grecia en los últimos años, con las noticias sobre las quitas de su deuda y su posible quiebra (default). ¿De qué depende la solvencia a largo plazo de un país? Pues de la capacidad de hacer frentes a sus deudas, de la capacidad de crecimiento (como una empresa). Otra cosa es hablar de cómo conseguir ese crecimiento, hay algunos que dicen que a través de la austeridad, en contraposición de otras posturas, pero eso es tema para otro día.
Nota: lo de la prima de riesgo es algo diferente aunque se basa en lo mismo. Recordad aquí.
Un día de estos os facilito determinados datos para consultar o reflexionar sobre la posible solvencia de algunos países de la zona euro.
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