sábado, 26 de julio de 2014

El dilema de España … ¿quién le pone el cascabel al gato?

Luis Garicano (@lugaricano), catedrático de Economía y Estrategia en los Departamentos de Administración de Empresas y de Economía de la London School of Economics, confiesa en su libro “El dilema de España”, haber dedicado desde 2007 gran parte de su tiempo a pensar en lo que España necesita para salir del agujero en el que se encuentra. Este libro, comenta el autor, es el resultado de esta reflexión y suponen su intento de ofrecer un camino hacia delante para España.



Antes de nada nos propone “dejar atrás las excusas de carácter cultural, del tipo <<es que los españoles somos así>>. Al contrario, el cambio de hábitos necesario es posible. Los hábitos de conducción (la velocidad, el cinturón, el alcohol) se han transformado radicalmente en diez o quince años. Los hábitos de fumar cambiaron de la noche a la mañana. También pueden hacerlo nuestras instituciones económicas, políticas y educativas. Si hay un esfuerzo decidido e integrado, España puede cambiar.”



Comienza analizando el mundo en que vivimos …

El mundo en que vivimos (1ª parte)

En los últimos años el crecimiento a nivel mundial se ha ralentizado y puede ser que siga así durante muchos años, pero, ¿a qué se ha debido el crecimiento económico de los últimos 200 años? ¿cómo pueden las sociedades continuar creciendo indefinidamente? … La respuesta está en las nuevas ideas, las ideas no tienen rendimientos decrecientes.


Enumera las tres revoluciones industriales de los últimos 200 o 300 años.

1ª - 1750-1830: el vapor y el tren.

2ª - 1870-1900: la electricidad, el motor de combustión, el agua corriente, la industria química y petrolífera, la de las comunicaciones y la del entretenimiento (el teléfono, el tocadiscos, la fotografía popular, la radio y el cine).

3ª - 1960 a la actualidad: la microelectrónica, con innovaciones como los ordenadores, Internet y la telefonía móvil.


“Las ideas derrotan así la ley de hierro de los rendimientos decrecientes”


¿Se puede estar produciendo un parón en nuestro avance tecnológico? Nos propone el experimento mental de Robert Gordon para entender el valor de la innovación más reciente. Solo una pista: compara el iPad, Twitter, Facebook, iPhone, teléfono con Android, etc. con el agua corriente.



Fundamentos clave de todo estudiante

Y ante el mundo en el que nos encontramos, asegura que los fundamentos clave que todo estudiante deberá adquirir para salir adelante son: “un nivel de confianza suficiente en el uso de las matemáticas y la estadística; una capacidad elevada para escribir un argumento no sólo correcto gramaticalmente, sino razonado con claridad y convicción, y un nivel avanzado de inglés.”



2ª Parte: “España tras la burbuja” … en adelante

A partir de aquí, empieza a analizar el caso particular de España y, aunque podemos estar de acuerdo con algunas cosas y en desacuerdo con otras (como no podría ser de otra manera, en caso contrario no estaríamos hablando de economía sino de otra cosa), es de agradecer su intento en identificar problemas y aportar soluciones de manera amena y clara.



A lo largo de la lectura del libro, muchos pasajes se me presentaban como interesantes para destacar en un post como este, pero me voy a limitar a dos relacionados con el modelo educativo:



“Desgraciadamente, los propios estudiantes han internalizado los aspectos más absurdos del sistema y se oponen a cambiarlo. Cuando explicamos a un economista que los estudios de grado en Economía no deben ser una acumulación de asignaturas de los más variados campos de la disciplina (aderezados con conocimientos de Derecho y Administración de Empresa para rellenar), sino el proceso de aprender a realizar un trabajo de investigación propio y de llegar a conclusiones novedosas, se nos responde que eso no sirve para nada y que, en todo caso, no es lo que quieren los estudiantes. Y, sí, desgraciadamente es cierto: lo que los estudiantes exigen es que les den los apuntes para poderlos fotocopiar, memorizarlos y olvidarse de ellos lo más rápidamente posible.”



“Imaginen una liga de futbol en la que los jugadores entran en los equipos por oposición a los dieciocho años, todos ganan lo mismo y tienen el trabajo asegurado hasta el final de sus carreras. Imaginen también que los jugadores y empleados del equipo nombran al entrenador por votación. Imposible, ¿no?. Pues así funciona la universidad.”




... ¿quién le pone el cascabel al gato?



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