El consumidor, a la hora de decidir comprar una determinada cantidad de un bien, o de varios bienes, debe buscar un equilibrio que le reporte la mayor satisfacción o utilidad posible, siempre teniendo en cuenta una restricción presupuestaria ya que suponemos que el dinero del que dispone para la compra de esos productos es limitada.
Antes de pasar a valorar el equilibrio del consumidor, vamos a enunciar unas premisas necesarias para que el modelo se pueda aplicar:
1. Racionalidad. El consumidor es racional. Procura la maximización de su utilidad sometiéndose a la restricción que le impone su ingreso personal dado.
2. Utilidad cardinal. La utilidad de cada bien es medible. La utilidad es un concepto cardinal. La medida más conveniente es el dinero: la utilidad se mide por las unidades monetarias que el consumidor está dispuesto a pagar por otra unidad del bien de que se trate.
3. Utilidad marginal decreciente. La utilidad obtenida de unidades sucesivas de un bien va en disminución. Es decir, la utilidad marginal de un bien disminuye a medida que el consumidor adquiere mayor cantidad del mismo.
Un único bien
Veamos el caso de un modelo simple, en el que consideramos un único bien “x”. El consumidor puede, o bien comprar “x”, o bien conservar su dinero Y. En estas condiciones, el consumidor se halla en equilibrio cuando la utilidad marginal (UM) de “x” es igual a su precio de mercado (Px). Es decir:
UMx = Px
Si la utilidad marginal de “x” es mayor que su precio, el consumidor puede incrementar su bienestar adquiriendo mayor cantidad de unidades de “x”. Del mismo modo, si la utilidad marginal de “x” es menor que el precio, el consumidor puede incrementar su satisfacción total reduciendo la cantidad de “x” y dejando sin gastar una porción mayor de su ingreso. Por tanto, logra la maximización de su utilidad cuando UMx = Px.
Más de un bien
En el caso de considerar más bienes, situación más real, la condición para el equilibrio del consumidor es que sean iguales los cocientes de las utilidades marginales de cada mercancía y sus respectivos precios.
La utilidad que proporciona el gasto de una unidad adicional de dinero debe ser la misma para todas las mercancías. Si el consumidor extrae mayor utilidad de una de estas, incrementará su bienestar gastando más en ella y menos en las otras, hasta que se cumpla la anterior condición de equilibrio.
Como es lógico, el consumidor estará sujeto a una restricción presupuestaria, es decir, el presupuesto es limitado, de manera que se debe cumplir que:
Y = Px.Qx + Py.Qy + … + Pn.Qn
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